En la primera sesión, el objetivo es empezar a crear un espacio seguro y de confianza en el que el paciente se sienta escuchado y apoyado. Esto significa escuchar con atención, mantener la curiosidad y ayudar al paciente a contar su historia con delicadeza.
Técnicas útiles:
- Escucha activa y reflexión
- Aclarar y resumir
- Preguntar sobre experiencias terapéuticas anteriores
- Explorar sus esperanzas y expectativas
- Señales no verbales que muestran presencia y empatía
Aunque el acuerdo contiene información clave, conviene revisar aspectos como:
- Confidencialidad
- Qué hacer en caso de cancelación o no presentación
- Privacidad y protección de datos
Al final de la sesión -o cuando te parezca oportuno- puedes sugerir la planificación de la siguiente y empezar a dar forma al ritmo de vuestro trabajo juntos.
Después de la primera sesión, es hora de empezar a crear continuidad.
Cuando le resulte natural, a menudo al final de la primera o segunda sesión, establezca un horario regular con su paciente. Lo ideal son sesiones semanales o quincenales, en función de la disponibilidad y las necesidades emocionales.
En las primeras sesiones, recomendamos fijar juntos objetivos claros y realistas. Esto les ayuda a centrarse y les da a ambos un sentido compartido de la dirección. Estos objetivos pueden ser flexibles y evolucionar con el tiempo, pero sirven como hitos útiles.
Si alguna vez se siente atascado, no tiene claro cómo proceder o simplemente desea otra perspectiva, siempre tiene a su disposición supervisión y apoyo personalizado.

